viernes, 7 de marzo de 2014

Las metromadres

No tengo muy claro acerca de la temática general que quiero que tenga este blog, en principio quería que fuera tecnológico ya que es a lo que me dedico. Pero he pensado que porqué no usarlo también para reflexionar en voz alta.

Hace poco he sido madre y es algo que me ilusiona y me hace feliz, pero a su vez me estresa  profundamente. Hace un año que no duermo con continuidad pero tengo que seguir trabajando, seguir siendo pareja, amiga, amante, madre, profesional, ....

Hace años que se oye el término metrosexual para hablar del hombre  que se cuida, utiliza cremas, va a la moda, le gusta la cultura, vamos lo normal. Luego se acuñó el término  urbesexual para denominar lo mismo pero más machote, ya que se identificó en cierto modo el término anterior con el hombre más femenino.

Pues bien yo quiero acuñar el término Metromadre, para denominar a la mujer que quiere seguir siendo lo que era y además ser madre que no es fácil, y además sin dormir, que tampoco es fácil. Esa es la mujer que quiere seguir cuidándose, ir a la peluquería, ir bien vestida, con un buen perfume, ser una máquina en el trabajo, la familia, la pareja, salir de vez en cuando, todo lo que era normal y ahora supone un esfuerzo extraordinario.

En serio, ir a la peluquería con un carrito es demoledor, lo que antes te relajaba mientras te daban un masaje en el lavado de cabeza, salías divina con tu nuevo peinado ahora es una odisea. El bebé llora mientras te lavan, quiere merendar mientras te peinan, lo coges en brazos para que no llore, empieza a tirar del cable, a ponerte nerviosa a ti y a la persona que te está peinando, le pides que abrevie, el pelo ya no te queda como habitualmente y cuando sales te dices para qué habré venido si me peino en casa en un momento, gratis y me queda casi igual. Total si ya ni salgo.

La ropa también es algo que me preocupa, selecciona cuidadosamente chaqueta, leggins, perfume, zapatos, preferiblemente negro, porque esos kilillos de más tras el embarazo no salen fácilmente y cuando por fin te das el visto bueno corren hacia ti con los brazos abiertos y te echan babas, te quitan el colorete, te churretean la chaqueta, te echan un poco de comida, y ... a qué huelo si me había echado 2one2 de Carolina Herrera y, ¡¡¡ huelo a leche!!!!

Salir es otra cosa. Consigues después de meses que tu pareja se quede con la niña y quedas con un montón de amigas que a su vez han conseguido encajar su agenda con la tuya y sales como despavorida, como si fuera la primera vez, copas, bailar, trasnochar pero claro cuando llegas a casa no puedes dormir hasta las mil. Nada más llegar, cuatro de la mañana: toma tu hija, lleva toda la noche llorando porque no estás, seguro que se siente abandonada. Y a las siete menos cuarto suena el reloj.... quieres morirte.

Al trabajo, mona, intentando que no se noten las ojeras, parecer profesional, escuchar un millón de problemas, mirar el reloj un millón de veces. Y a casa, pero no a dormir la siesta, si no a atender a tu hija que te espera para colgarse de tu cuello y tu espalda toda la tarde. Aghhhh, antes iba al gimnasio y estaba en forma, nada me dolía, nada me pesaba. Ahora ir al gimnasio es dejar a tu hija sola y abandonada más tiempo, sino lo piensas tú  así, el entorno se encarga de recordártelo. Eso sí y no te metas en temas profesionales o formativos adicionales para seguir creciendo como mujer, porque la cantinela de: "No te da pena dejar a tu niña, no te da pena no dedicarle más tiempo, ..." Y claro te dejas vencer por el chantaje emocional y aunque sigas participando en cosas ya lo haces con cargo de conciencia.

Enfin, ¿qué puedo hacer para seguir creciendo? No sólo como madre sino también en mis otras facetas de mujer.... y por supuesto disfrutándolo. Ser metromadre es muy duro. Eso sí me pierdo por su sonrisa...




5 comentarios:

  1. Lo de la peluquería lo reconozco.....he ido una vez pero acojonada de que se despertara para mamar (eso su padre no puede arreglarlo:)."Que cómo me peinas, no, no me peines....natural".

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  2. El día tiene las horas que tiene, y la vida sus momentos, establece prioridades en tu vida, en cada uno de sus momentos y planifica la semana, ahora te chantajean los mayores y en el futuro lo harán los que ahora son pequeños, por eso las prioridades las estableces tu y y decides qué hacer y cómo hacerlo. Conoce tus limitaciones y deshazte de muchas cosas que pueden ser superfluas. Pide ayuda y déjate ayudar. Podrás aspirar a ser una metromadre pero no una superwoman. Te lo dice una madre que te entienda perfectamente aunque los que ya no duermen son mis hijos porque estudian o salen, y luego te das cuenta al cabo del tiempo que nadie pierde su esencia por llevar ojeras o ir oliendo a leche o peinarte en casa, o llevar zapatos planos que cansan menos. Esa etapa pasará y llegará otra que te impondrá limitaciones, que nadie te las ponga, sólo las que estés dispuesta a asumir.
    Suerte

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  3. No tenias bastante y te abres un blog!!!!!! ja ja ja en el fondo te va la marcha que te conozco, je je je. Animo, ya encontraras la forma de ir encajando las piezas, al principio, es verdad, los enanos te aborven no el tiempo, la vida. Luego vas cogiendo el rollo. Es como el cuento ese del profe universitario que pregnta si un bote lleno de pelotas de golf esta lleno realmente , y ante el sí de la case, rellena los espacios con canicas, y luego de volver a asentir el grupo, termina de rellenar con arena....entonces esta verdaderamene lleno. Pues las pelotas de golf son tu niña ahora mismo, las canicas tu trabajo, tu "canijo", tus colegas...pero la arena, esa es para ti. Suerte en tu aventura bloguera, me ha gustado tu articulo, y tu iniciativa. Ya tienes otro seguidor (Aunque yo te he seguido de siempre...je je ) Un beso.

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  4. Absorben, sorry.
    P.d. Tu niña preciosa.....

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  5. a algo hay que renunciar, y lo mejor es renunciar al agobio. Disfruta lo que te apetece hacer plenamente, porque son momentos irremplazables. También los padres vamos con la plancha a medio dar y con lamparones de papillas, pero es porque les dedicamos tiempo, cariño y conversación. Nuestr@s hij@s nos ayudan a crecer, a ver y a seleccionar lo que realmente vale la pena

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