jueves, 9 de febrero de 2017

Reflexiones sobre la función pública






En general lo que más me ha llamado la atención de este tema ha sido:

En democracia gente no experta dirige a gente experta

Andamos obsesionados a la búsqueda de la razón última de la sociedad perfecta cuando la mejor opción es la sociedad decente

Son frases dignas de una profunda reflexión, ahí lo dejo...

En concreto y ya dentro de cada punto específico de este primer módulo:

Función directiva pública

Creo que al igual que el funcionariado tiene que demostrar mérito y capacidad la clase directiva también tendría que demostrarlo, no debería bastar con estar afiliado a un partido político para que te den cualquier puesto directivo, creo que se debería tener una formación mínima, preferiblemente universitaria y tener una titulación relacionada con la materia que se dirige. No debería un médico ser Consejero de Justicia ni una Ingeniera agrónoma Consejera de Salud.

Gobernanza y gestión pública

Siempre decimos que es complicado gestionar una administración como una empresa, cuando una empresa busca sacar un beneficio económico y la administración no debería. Sin embargo, podríamos concebir ese beneficio económico como un beneficio para la ciudadanía, concebirlo como un ahorro en un ejercicio presupuestario que puede trasladarse al siguiente y conseguir más beneficios públicos. Pero para ello hay que cambiar de mentalidad, en todo el tiempo que llevo en la administración que sobrara dinero implicaba una mala ejecución presupuestaria en lugar de un ahorro con lo cual la tan manida frase de eficacia, eficiencia y ahorro de costes se queda en mera retórica.

La creación de valor en el sector público

Quiero pensar que en todos los proyectos que he trabajado se ha creado un valor en mayor o menor medida, ¡qué frustración si no! Sin embargo, sí considero necesaria para seguir haciéndolo una transformación radical del sector público. Desde simplificar la normativa de manera que siendo garantes de la legalidad de un procedimiento permitan agilidad y capacidad de reacción para afrontar un proyecto nuevo hasta un reparto de recursos adecuado a las competencias que se ejercen, todos conocemos sitios que están desbordados de trabajo y otros que digamos no tanto.

Para ello hace falta una clase política más cercana a las necesidades de las personas que a las de su partido y personales, con mayores capacidades de gestión y por supuesto personal funcionario formado y motivado. Con herramientas para motivar y para poder tomar medidas correctoras ante actitudes que no son dignas del personal funcionario.



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